








2011 vintage Chun Zhi Yun Jingmaishan Sheng Pu’er Bing Cha
Origen: Yúnnán, China (Tierra de las Nubes del Sur)
Características: Desde las montañas ancestrales de Jingmai (景迈山), en la frontera con Myanmar, llega esta joya añeja del 2011: un Sheng Pu’er que guarda en sus hojas la vitalidad de la primavera y la sabiduría del tiempo. Su nombre, Chun Zhi Yun (春之韵), significa “la melodía de la primavera”, evocando un perfil aromático delicado y floral, con notas de miel silvestre, durazno seco, madera húmeda y un retrogusto mineral y persistente que abraza el paladar y aquieta la mente.
Sabor: Las hebras son largas y compactas, propias de un bing cha bien prensado, con presencia de yemas doradas y hojas oscuras entreveradas de tonos oliva y bronce. Al separarlas, se percibe su fragancia profunda y limpia, con matices que recuerdan al bosque tras la lluvia.
Origen: Yúnnán, China (Tierra de las Nubes del Sur)
Características: Desde las montañas ancestrales de Jingmai (景迈山), en la frontera con Myanmar, llega esta joya añeja del 2011: un Sheng Pu’er que guarda en sus hojas la vitalidad de la primavera y la sabiduría del tiempo. Su nombre, Chun Zhi Yun (春之韵), significa “la melodía de la primavera”, evocando un perfil aromático delicado y floral, con notas de miel silvestre, durazno seco, madera húmeda y un retrogusto mineral y persistente que abraza el paladar y aquieta la mente.
Sabor: Las hebras son largas y compactas, propias de un bing cha bien prensado, con presencia de yemas doradas y hojas oscuras entreveradas de tonos oliva y bronce. Al separarlas, se percibe su fragancia profunda y limpia, con matices que recuerdan al bosque tras la lluvia.
Origen: Yúnnán, China (Tierra de las Nubes del Sur)
Características: Desde las montañas ancestrales de Jingmai (景迈山), en la frontera con Myanmar, llega esta joya añeja del 2011: un Sheng Pu’er que guarda en sus hojas la vitalidad de la primavera y la sabiduría del tiempo. Su nombre, Chun Zhi Yun (春之韵), significa “la melodía de la primavera”, evocando un perfil aromático delicado y floral, con notas de miel silvestre, durazno seco, madera húmeda y un retrogusto mineral y persistente que abraza el paladar y aquieta la mente.
Sabor: Las hebras son largas y compactas, propias de un bing cha bien prensado, con presencia de yemas doradas y hojas oscuras entreveradas de tonos oliva y bronce. Al separarlas, se percibe su fragancia profunda y limpia, con matices que recuerdan al bosque tras la lluvia.